jueves, 17 de junio de 2010

Se te pondrán los pelos de punta...


Una tarde se deshizo el peinado y me rogó que le cepillara el cabello. Había adelgazado tanto que no le quedaban fuerzas para hacerlo por sí misma. Su vida pendía de un hilo pero no era fácil cortarlo, ese hilo. No quedaban muchos cabellos en su cabeza y, mientras la peinaba, sentada ella en el suelo y yo por detrás, arrodillada, me dijo: "¡Te voy a contar una historia, que se te pondrán los pelos de punta!". Y empezó. Iba de una prima suya que tenía un cabello precioso muy largo -se llamaba Yenovefa- recogido por atrás. Se lo cuidaba como a la niña de sus ojos y sólo a Anatolí -que entonces tenía doce años- le consentía que se lo soltara sobre los hombros, que se lo enrollara y volviera a enrollar y jugara con él. Y una vez, mientras la pequeña Anatolí iba haciéndole rulos, se le pusieron por delante unas tijeras enormes que cogió y, sin darse ni cuenta de lo que hacía, cortó un grueso mechón de cabello. Yenovefa se quedó de piedra, muda, así que Anatolí completó su obra en un par o tres más de bestiales tijeretazos, arrojó las tijeras y salió corriendo disparada. Yenovefa cayó en un estado tal de melancolía, que poco le faltó para morirse -ni se casó- por culpa del malhadado cabello.
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Según terminaba Anatolí su historia, cuando ya le tenía el pelo cepillado y me daba las horquillas para la media luna, vi que allí al lado, colgando del extremo de una silla, tenía a mano unas tijeras grandes... La escena del injustificado e inesperado corte de cabellos se repitió con fidelidad hasta el último detalle... sólo que no salí corriendo después del tercer tijeretazo. Permanecí muda y petrificada, como Anatolí, detrás de ella, aún de rodillas, con su cabello -no tan abundante como el de Yenovefa- disperso sobre mi regazo, y las horquillas a un lado, inútiles.
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"¿Por qué...?" musitó al fin, después de pasar lo que se diría un siglo.
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"Por qué, no lo sé" le dije y de repente quise llorar.
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Sirana Sateli - El aire de Anatolí

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me a dejado un poco confuso ¿porque esa manía de hacer semejante barbaridad sin consentimiento?. No me extraña que diga que te pone los pelos de punta, sin justificaciones le deja a uno sorprendido.

Me imagino a esa chica con el pelo tan largo como el de la foto y es una pena después de tanto trabajo al cuidarlo. Pero aun así, a pesar de que me haya sorprendido, le encuentro la belleza y quizás, hasta la justificación. No lo hizo con animo de ofenderla, fue un acto inocente.

Bss

joaki007 dijo...

Me gustan estas historias o relatos cortos .
le dejan a uno como pensando...y eso es importante .

Animo ¡¡

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